Es común que a cualquier persona le guste en mayor o menor grado la astronomía y aprenda a disfrutar de una buena noche de observación al grado que hasta el frío se le olvide a uno al ver todo el desfile de galaxias y nebulosas que ofrece el cielo cada noche. Por esto a mucha gente le llama la atención ver por un telescopio y la mayoría de los astrónomos estaríamos dispuestos a permitirlo de buen grado.
Grupo de aficionados en una Star Party, reunión que suele durar varias noches y consiste en sesiones de observación astronómica. Noten el uso exclusivo de luz roja.
Pero una de las primeras cosas que debe aprender alguien interesado en la astronomía y cualquier persona que asista a una observación es a cuidar su adaptación a la oscuridad. Por adaptación a la oscuridad (o simplemente "adaptación") se entiende la habilidad del ojo para reaccionar a los estímulos de baja intensidad, es decir, ver bien con poca luz.
En primer lugar consideremos algunas cuestiones básicas sobre el funcionamiento del ojo humano. Nuestros ojos tiene dos "modos" de operación ya que tenemos dos tipos de células en la retina (llamadas conos y bastones). Uno de estos modos de operación, el que usamos para ver durante el día se activa cuando al ojo le llega bastante luz y se logran estimular las células que perciben color (conos) y el resultado es la imagen de alta resolución, con color y tridimencional que produce nuestro sistema óptico.
Pero cuando es de noche y tenemos poca luz, solo los bastones se logran estimular, pero en lugar de una visión a colores, estos dan solo tonos gris, es decir vemos en "blanco y negro" (de aquí la expresión de que "de noche, todos los gatos son pardos"). Esta habilidad fue muy útil a nuestros antepasados cuando tenían que salir de noche y preocuparse por ver a algún depredador que ande en al vecindad. Pero en cuanto al ojo le llega un estimulo fuerte, es decir, mucha luz, se activan los conos de nuevo y "sobre-escriben" la señal de los bastones. Por lo tanto si mis ojos están en "modo nocturno" y en eso le llega mucha luz se pasan a "modo de día" y el ojo pierde la habilidad de trabajar con poca luz.
De esta habilidad de ver de noche es lo que se aprovecha en una observación astronómica. Cuando uno ve por un telescopio se debe esforzar por ver algo muy tenue, de hecho el telescopio es un aparato diseñado para acumular luz y permitirnos ver cosas demasiado tenues para los bastones en nuestros ojos.
Entonces para lograr ver bien en una observación astronómica, es necesario cuidar que nuestros ojos se mantengan en "modo nocturno". El problema es mas grave si consideramos que para pasar de modo nocturno a modo de día bastan unos segundo, ¡pero para pasar de día a modo nocturno se requieren de 20 a 40 minutos! Esto implica que uno esta con su telescopio, ya perfectamente acostumbrado a ver bien de noche y percibir la débil luz de galaxias y nebulosas lejanas, y eso alguien enciende una luz, ya sea la luz de una casa, un cerillo o una lámpara de mano, toda la adaptación se perderá instantáneamente y tendremos que esperar de 20 a 40 minutos de nuevo, para seguir observando.
Por lo tanto, es muy importante no exponerse a ninguna fuente de luz. Inclusive, algunos observadores experimentados usan parches en un ojo para cuidarlo de la luz mientras el otro es usado para leer las cartas y mapas estelares y al asomarse por el telescopio se cubren la cabeza y parte del telescopio con una toalla oscura para bloquear cualquier fuente de luz posible. Otro consejo muy útil es utilizar una fuentes de luz roja cuando sea indispensable el uso de luz. Un remedio preferido por muchos astrónomos es la lámpara de mano cubierta de plástico rojo o de preferencia que funcione a base de LEDS rojos, ya que estos no estimulan los conos y por lo tanto, esa luz no activa el "modo de día" de los ojos.
Entonces recuerden, cuidar la adaptación a ala oscuridad de sus ojos es muy importante para disfrutar de una buena sesión de observación.
P.D: Como un ejemplo de lo que no se debe de hacer, les comento que en la ocasión cuando coordiné una observación de la lluvia de meteoros Leonidas en el 2001 tenía a unos 30 observadores perfectamente adaptados a la oscuridad a las 5:00 am (justo terminaba la observación) cuando a alguien (que no pude ver) le pareció buena idea tomar una foto del grupos sin avisarnos ¡y usando el flash de la cámara! Que suerte que no pude ver quién fue, ¡de hecho no pude ver nada en 10 minutos!
Grupo de aficionados en una Star Party, reunión que suele durar varias noches y consiste en sesiones de observación astronómica. Noten el uso exclusivo de luz roja.
Pero una de las primeras cosas que debe aprender alguien interesado en la astronomía y cualquier persona que asista a una observación es a cuidar su adaptación a la oscuridad. Por adaptación a la oscuridad (o simplemente "adaptación") se entiende la habilidad del ojo para reaccionar a los estímulos de baja intensidad, es decir, ver bien con poca luz.
En primer lugar consideremos algunas cuestiones básicas sobre el funcionamiento del ojo humano. Nuestros ojos tiene dos "modos" de operación ya que tenemos dos tipos de células en la retina (llamadas conos y bastones). Uno de estos modos de operación, el que usamos para ver durante el día se activa cuando al ojo le llega bastante luz y se logran estimular las células que perciben color (conos) y el resultado es la imagen de alta resolución, con color y tridimencional que produce nuestro sistema óptico.
Pero cuando es de noche y tenemos poca luz, solo los bastones se logran estimular, pero en lugar de una visión a colores, estos dan solo tonos gris, es decir vemos en "blanco y negro" (de aquí la expresión de que "de noche, todos los gatos son pardos"). Esta habilidad fue muy útil a nuestros antepasados cuando tenían que salir de noche y preocuparse por ver a algún depredador que ande en al vecindad. Pero en cuanto al ojo le llega un estimulo fuerte, es decir, mucha luz, se activan los conos de nuevo y "sobre-escriben" la señal de los bastones. Por lo tanto si mis ojos están en "modo nocturno" y en eso le llega mucha luz se pasan a "modo de día" y el ojo pierde la habilidad de trabajar con poca luz.
De esta habilidad de ver de noche es lo que se aprovecha en una observación astronómica. Cuando uno ve por un telescopio se debe esforzar por ver algo muy tenue, de hecho el telescopio es un aparato diseñado para acumular luz y permitirnos ver cosas demasiado tenues para los bastones en nuestros ojos.
Entonces para lograr ver bien en una observación astronómica, es necesario cuidar que nuestros ojos se mantengan en "modo nocturno". El problema es mas grave si consideramos que para pasar de modo nocturno a modo de día bastan unos segundo, ¡pero para pasar de día a modo nocturno se requieren de 20 a 40 minutos! Esto implica que uno esta con su telescopio, ya perfectamente acostumbrado a ver bien de noche y percibir la débil luz de galaxias y nebulosas lejanas, y eso alguien enciende una luz, ya sea la luz de una casa, un cerillo o una lámpara de mano, toda la adaptación se perderá instantáneamente y tendremos que esperar de 20 a 40 minutos de nuevo, para seguir observando.
Por lo tanto, es muy importante no exponerse a ninguna fuente de luz. Inclusive, algunos observadores experimentados usan parches en un ojo para cuidarlo de la luz mientras el otro es usado para leer las cartas y mapas estelares y al asomarse por el telescopio se cubren la cabeza y parte del telescopio con una toalla oscura para bloquear cualquier fuente de luz posible. Otro consejo muy útil es utilizar una fuentes de luz roja cuando sea indispensable el uso de luz. Un remedio preferido por muchos astrónomos es la lámpara de mano cubierta de plástico rojo o de preferencia que funcione a base de LEDS rojos, ya que estos no estimulan los conos y por lo tanto, esa luz no activa el "modo de día" de los ojos.
Entonces recuerden, cuidar la adaptación a ala oscuridad de sus ojos es muy importante para disfrutar de una buena sesión de observación.
P.D: Como un ejemplo de lo que no se debe de hacer, les comento que en la ocasión cuando coordiné una observación de la lluvia de meteoros Leonidas en el 2001 tenía a unos 30 observadores perfectamente adaptados a la oscuridad a las 5:00 am (justo terminaba la observación) cuando a alguien (que no pude ver) le pareció buena idea tomar una foto del grupos sin avisarnos ¡y usando el flash de la cámara! Que suerte que no pude ver quién fue, ¡de hecho no pude ver nada en 10 minutos!
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